Club de Lectura Feminista
El pasado martes 26 de octubre se reanudó el Club de Lectura Feminista que lleva a cabo la Regidoria de Igualtat de Burriana y que desde Baobab Oci Creatiu nos han dado la oportunidad de coordinar.
Para llevar a cabo esta actividad desde Baobab Oci Creatiu tenemos la suerte de contar con el asesoramiento de Julia Rosell, experta en la materia y amiga desde hace muchos años. Lo que hace que llevar a cabo este club de lectura sea un placer por poderlo compartir con ella y por todo lo que vamos a aprender estos meses.
Comenzamos este club con la lectura de “Una habitación propia” de Virginia Woolf, una pionera del feminismo del siglo XX. Esta obra está publicada en 1929 y los temas que trata en él siguen tan de actualidad 100 años después, muy a nuestro pesar. Este libro está basado en una serie de conferencias que la autora desarrolló en octubre de 1928 en el Newham College y en el Girton College, ambas universidades femeninas de la Universidad de Cambridge. Durante la obra crea una narración ficticia con personajes inventados y un espacio también ficticio como es Oxbridge mezclando Oxford y Cambridge.
Comenzamos el debate con la duda de porqué hay mas libros escritos por hombres que por mujeres. A través de la lectura de los capítulos del libro vamos descubriendo el porqué.
Por ejemplo a Virginia en 1928 no la dejaban acceder en la biblioteca de la universidad si no ibas acompañado de un hombre. Así que tu centro de información e investigación quedaba vetado a las mujeres. “…no se admite a las señoras en la biblioteca más que acompañadas de un “fellow” o provistas de una carta de presentación”
Después pensamos ¿Qué se necesita para escribir libros? Dinero y una habitación propia. Las mujeres en esa época, y esto no nos queda muy lejos, no podían gestionar su propio dinero, eso era labor de los padres o maridos. El lugar de las mujeres era la casa, pero no tener una habitación propia para leer y escribir, eso solo se lo podían permitir las mujeres de familias adineradas. Al tener que quedarse en casa haciendo las labores del hogar no tenían la oportunidad de salir a la calle en busca de un trabajo propio. Y si lo hubieran tenido “…la ley les denegaba el derecho de poseer el dinero que hubieran ganado”. Y Virginia se plantea que haría con el dinero que ganara si trabajara “Cada penique que gane, dijeronse, me será quitado y utilizado según las sabias decisiones de mi marido, quizá para fundar una beca o financiar una auxiliar en Balliol o Kings? (colegios de varones) de modo que no me interesa demasiado ganar dinero. Mejor que mi marido se encargue de ello”.
La obra nos va demostrando que la mujer era reducida a un cuerpo doméstico que solo podrá tener descendencia, ocuparse de la casa y que quedará excluida de libertades y derechos.
A lo largo del debate también fueron saliendo temas como la maternidad y la renuncia a nuestra carrera profesional. Las mujeres tenemos muchas veces que plantearnos si queremos ser madres y lo que conlleva renunciar a proyectos laborales o a dejarlos aparcados durante el proceso de crianza. Nos planteamos si los hombres alguna vez tienen o se han planteado este mismo dilema, creemos en muchas menos ocasiones. Entonces de aquí nos surgió otro debate de cuantas mujeres hay liderando grandes empresas. Y nos dimos cuenta que muy pocas, y las causas las sacamos continuando con la lectura del libro. No disponemos de las mismas oportunidades que nuestros compañeros para llegar y alcanzar el mismo puesto de trabajo. Las condiciones para las mujeres y para los hombres no son las mismas, por lo tanto los resultados no pueden ser los mismos hasta que no se alcance una igualdad real. La feminización de la pobreza es un hecho, como hemos ido viendo hay un conjunto de fenómenos que nos afectan más a las mujeres (dificultad para llegar a estudios universitarios porque tienen que encargarse de cuidar a sus hermanos, no ser propietarias de su propio dinero, tener que renunciar a su carrera laboral por tener hijes…) y por esto no podemos llegar a las mismas posiciones que los hombres “No se puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no se ha cenado bien”
Virginia contaba con una herencia de un familiar y nos dice “es notable el cambio de humor que unos ingresos fijos traen consigo” “No necesito halagar a ningún hombre, no tiene nada que darme” “… llegó la mayor liberación de todas, la libertad de pensar directamente las cosas”
Y la pregunta que nos surgía al principio del debate ¿Qué necesitan las mujeres para escribir? Independencia económica y personal, es decir una habitación propia.
Este Club de Debate se llevará a cabo todos los martes últimos de mes en el CMC La Mercé en Burriana.
Si queréis participar solo tenéis que escribirnos a igualtat@burriana.es o llamarnos al 658.63.03.62