Asombro: modo de descubrimiento y aprendizaje
Seguro que muchas veces hemos escuchado que los niños y niñas de ahora ya no son como los de antes, que se aburren con todo. ¿Cómo hacemos para motivarlos? Les ponemos dvds, juegos interactivos en las tablets, en los móviles, televisiones enormes….Pero ya nada les motiva ni les asombra, parece como que todo ya esta descubierto e inventado para ellos/as.
Si observamos a los peques de corta edad, éstos se asombran con las cosas mas sencillas y simples, detalles del día a día que para ellos son descubrimientos espectaculares. El motor de motivación del menor en estas edades tempranas va a ser el asombro.
El asombro es lo que les origina interés y va a ser su motor de descubrimiento, de aprendizaje y su forma de conocer el mundo. Las cosas pequeñas, las cosas naturales, van a ser su modo de ir descubriendo su entorno. Una estimulación natural va a ser lo único que necesiten para ir aprendiendo, para satisfacer su curiosidad y convertirse en una persona autónoma. Las personas adultas solo tenemos que proporcionar un entorno favorable al descubrimiento, nos dice Catherine L’Ecuyer autora del libro “Educar en el asombro”. Libro sobre el que está inspirado la entrada de hoy.
Muchas veces he oído a mamás y papás que me dicen “Me han dicho que tengo que estimular a mi peque”. Si hacemos esto estamos quitandoles la capacidad de asombrarse y descubrir las cosas por si mismos/as, suplantamos el asombro por un estímulo que igual no es ni natural, por ejemplo poniendoles pantallas delante de sus ojos a edades muy tempranas. Lo que ven en esas pantallas no tienen una correlación real con la realidad. Al final el peque se acostumbra a esa pantalla, “se apalanca” y pierde todo interés por seguir descubriendo el mundo por si mismo, le genera falta de deseo y esto conlleva el aburrimiento.
Dando un pasito mas…Nos hemos dado cuenta que los y las peques nos hacen, se hacen, preguntas imposibles de responder. Como por ejemplo ¿Y dónde está enchufado el sol? O ¿Porqué no llueve para arriba? Con estas preguntas no están pidiendo o reclamando una respuesta inmediata. Hay veces que se puede responder y hay veces que no, las veces que no, no pasa nada. Ellos y ellas seguirán investigando y “filosofando”. Hay veces que se dice “que están perdiendo el tiempo” pero es en esos momentos cuando están descubriendo su mundo y su realidad. Son inquietos/as y quieres descubrir cosas nuevas. Aquí es muy importante que les proporcionemos un entorno adecuado para que puedan seguir investigando y filosofando.
Y ahora me viene otra pregunta. ¿Habéis visto esas zonas de recreo para peques? Hace poquito estaba con unos peques de 10 y 7 años en la piscina de su urbanización. Piscina con césped artificial, ni un solo árbol alrededor, alguna planta medio seca y poco cuidada, un parque con columpios y toboganes de plástico y suelo de plástico de ese que cuando se calienta huele a goma quemada. Creo que os podéis hacer una idea de la imagen que tenía ante mis ojos, porque es la imagen mayoritaria de nuestros espacios de recreo en la ciudad. Bueno y aquí es donde me surgía la pregunta. ¿Esto es un entorno favorable para el descubrimiento? Y mi respuesta fue, como la que creo que habréis deducido, que no, que no lo era. Los entornos en las ciudades no son muy proclives al descubrimiento, pero hay cositas que están cambiando y se está haciendo por hacer ciudades mas amables.
En la próxima entrada en la que seguiré ampliando el tema del asombro, que me tiene asombrada, os contaré como la naturaleza es un entorno inmejorable para asombramos, tanto grandes como peques.
Entrada escrita por Laura Casla